La culpa es algo muy difundido por nuestra sociedad

La culpa nos la han inculcado desde pequeñitos.

Cuando empezabas a caminar y sufrías las primeras caídas, o te dabas un golpe con la

la vida, cuando algo no va bien, siempre hay un “bueno” y un “malo”, un “esquina de las mesa… rápidamente tu abuelita, tu mamá o cualquiera de tu alrededor, te cogía rápidamente en brazos y te mostraba cómo le reñía a esa mesa por haberse cruzado en tu camino “mesa mala, cariño, mesa mala”; la culpa era de la mesa. Ya teníamos culpable.

Como creciste entendiendo que siempre había un culpable, cuando las cosas se torcían, integraste ese modo de “culpabilizar” en ti. Se convirtió en tu escudo de vida, tu mayor “autoprotección”.

Entendiste que en inocente” y un “culpable”. Y ahí empieza tu falta de Responsabilidad ante todas y cada una de las relaciones que te vas encontrando.

Déjame decirte algo: La culpa no existe. La culpa es una invención para eludir toda responsabilidad en la persona “inocente” y derivar toda la carga en la persona culpable.

Nadie es culpable de nada. Dejemos ya de “etiquetar” a los demás.

Y, algo aún más importante: Deja de culparte y juzgarte a ti mismo. Esto es algo difundido por algunas religiones. Es totalmente dañino e hiriente. Cada vez que te culpas y te juzgas, estás abriendo heridas en ti; heridas que después debes curar, y si no curas, sangran cada vez que alguien te recuerda esa “culpa” que tú mismo te inculcaste.

Trátate con todo el amor del mundo. Tú eres la persona más importante en tu vida. Ámate incondicionalmente y respeta todas tus decisiones y acciones.

La relación contigo mismo es la que está marcando todas tus relaciones con los demás. Así como te estás tratando a ti, tratarás a los demás. No puedes amar a otra persona más de lo que te amas a ti, porque eso es imposible. Nadie puede regalar algo que no tiene.

En BRILLA SIN EXCUSAS te regalo un capítulo sobre este tema, que cuando leas, ya no olvidarás.

Dejemos ya de buscar culpables fuera y dentro nuestro.

Tanto las otras personas, como tú mismo, lo hacen lo mejor que pueden en cada momento de la vida.

Recuerda que la otra persona siempre es un “espejo” frente a ti, que refleja algo que tú llevas dentro. En TODO TÚ ERES YO lo comprenderás a la perfección. Aprenderás a identificar claramente el “mensaje” que te está trayendo el otro. La vida pasa a ser un juego, muy divertido, en el que ya no hay sufrimiento, sólo entendimiento.

Te animo a que lo practiques y seas más feliz.

Gracias por llegar a mí.

Te Amo.

 

 

 

 

 

 

 

 

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